sábado, 11 de junio de 2016

Dolores de parto de Akiko Yosano




Ahora estoy enferma.
Estoy en mi cuerpo enfermo.
Silenciosa y con los ojos abiertos,
yazgo en el lecho de parto.

¿Por qué yo, tan habituada
a la cercanía de la muerte,
al dolor y la sangre
y el grito;
tiemblo ahora con temor,
incontrolablemente?

Un doctor joven y amable
trató de calmarme,
me habló de la alegría de dar a luz.
Pero, mientras yo domine esta materia,
¿de qué sirve su parloteo?

El conocimiento no es la realidad.
La experiencia pertenece al pasado.
Quienes carezcan de inmediatez,
guarden silencio.
Quienes observen,
se contenten con observar.

Estoy a solas.
Total y enteramente sola,
mordiéndome los labios,
con el cuerpo rígido,
esperando lo inexorable.

Hay sólo una verdad.
Debo dar a luz a un niño.
La verdad proviene de mi interior.
No es buena ni mala, solamente real.
No hay falsedad en ella.

Con la primera contracción,
el sol palidece repentinamente.
El mundo tan indiferente
se torna extrañamente tranquilo.
Estoy sola.
Estoy en la soledad.




Nota: Intenté traducir este poema de una raquítica traducción en inglés que encontré. Hay traducciones más bellas pero de las que sólo publican pedazos en internet, ojalá alguien que tenga una traducción de Alberto Girri, comparta este poema que también se titula "Primeros dolores de parto".