domingo, 26 de agosto de 2012

The artist... by Anais Nin


The artist is the only one who knows that the world is a subjective creation, that there is a choice to be made, a selection of elements. It is a materialization, an incarnation of his inner world. Then he hopes to attract others into it. He hopes to impose his particular vision and share it with others. And when the second stage is not reached, the brave artist continues nevertheless. The few moments of communion with world are worth the pain, for it is a wold for others, an inheritance for others, a gift to others, in the end. When you make a world tolerable for yourself, you make a world tolerable for others.

We also write to heighten our own awareness of life. We write to lure and enchant and console others. We write to serenade our lovers. We write to taste life twice, in the moment, and in retrospection. We write, like Proust, to render all of it eternal, and to persuade ourselves that it is eternal. We write to be able to transcend our life, to reach beyond it. We write to teach ourselves to speak with others, to record the journey into the labyrinth. We write to expand our world when we feel strangled, or constricted, or lonely. We write as the birds sing, as the primitives dance their rituals. If you do not breathe through writing, if you do not cry out in writing, or sing in writing, then don't write, because our culture has no use for it. When I don't write, I feel my world shrinking. I feel I am in a prison. I feel I lose my fire and my color. It should be a necessity, as the sea needs to heave, and I call it breathing.

Anais Nin

miércoles, 9 de mayo de 2012

El jardín de la muerte


-Pobrecito fantasma -profirió a media voz-, ¿y no hay ningún sitio donde pueda usted dormir?

-Allá lejos, pasando el pinar -respondió él en voz baja y soñadora-, hay un jardincito. La hierba crece en él alta y espesa; allí pueden verse las grandes estrellas blancas de la cicuta, allí el ruiseñor canta toda la noche. Canta toda la noche, y la luna de cristal helado deja caer su mirada y el tejo extiende sus brazos de gigante sobre los durmientes.

Los ojos de Virginia se empañaron de lágrimas y sepultó la cara entre sus manos.

-Se refiere usted al jardín de la Muerte -murmuró.

-Sí, de la muerte. Debe ser hermosa. Descansar en la blanda tierra oscura, mientras las hierbas se balancean encima de nuestra cabeza, y escuchar el silencio. No tener ni ayer ni mañana. Olvidarse del tiempo y de la vida; morar en paz. Usted puede ayudarme; usted puede abrirme de par en par las puertas de la muerte, porque el amor la acompaña a usted siempre, y el amor es más fuerte que la muerte.

Oscar Wilde

miércoles, 2 de mayo de 2012

El loco


Me preguntáis como me volví loco. Así sucedió:

Un día, mucho antes de que nacieran los dioses, desperté de un profundo sueño y descubrí que  me habían robado todas mis máscaras -si; las siete máscaras que yo mismo me había confeccionado, y que llevé en siete vidas distintas-; corrí sin máscara por las calles atestadas de  gente, gritando:

-¡Ladrones! ¡Ladrones! ¡Malditos ladrones!

Hombres y mujeres se reían de mí, y al verme, varias personas, llenas de espanto, corrieron a  refugiarse en sus casas. Y cuando llegué a la plaza del mercado, un joven, de pie en la azotea de su  casa, señalándome gritó:

-¡Miren! ¡Es un loco!

Alcé la cabeza para ver quién gritaba, y por vez primera el sol besó mi desnudo rostro, y mi alma  se inflamó de amor al sol, y ya no quise tener máscaras. Y como si fuera presa de un trance, grité:

-¡Benditos! ¡Benditos sean los ladrones que me robaron mis máscaras!

Así fue que me convertí en un loco. Y en mi locura he hallado libertad y seguridad; la libertad de la soledad y la seguridad de no ser comprendido, pues quienes nos comprenden esclavizan una parte de nuestro ser. Pero no dejéis que me enorgullezca demasiado de mi seguridad; ni siquiera el ladrón encarcelado está a salvo de otro ladrón.

Gibrán Khalil Gibrán

lunes, 23 de abril de 2012

Coeur de Pirate [1]

C'était salement romantique

Letra y Traducción Libre (por no decir literal)




Tu es plus facile à faire qu'à comprendre
Tú eres más fácil para hacer que para comprender
Et tombée je n'ai pas pu te prendre
y derrotada, yo no pude tomarte.
Partie trop loin de toi
Ida muy lejos de ti
J'ai voulu te manquer à tes yeux feindre d'exister
Yo quise perderme en tus ojos pretendiendo existir
Et au sud de mes peines j'ai volé loin de toi
Y al sur de mis penas, yo volé lejos de ti
Pour couvrir mon cœur d'une cire plus noire
para cubrir mi corazón de una cera más negra
Que tous les regards lancés à mon égard
y que todas las miradas se dirijan hacia mí.
J'ai tenté de voler loin de toi
Yo traté de volar lejos de ti.
J'ai tenté de voler loin de toi
Yo traté de volar lejos de ti.
Tu fus plus facile à suivre 
Tu fuiste más fácil de seguir
Dans la ville qui sevint notre plus grande fuite
en la ciudad que se convirtió nuestro más grande escape.
Et moi étendue dans ce lit
Y yo extendida en esa cama
Je contemple ce que je t'ai donné de ma vie
Contemplo aquello que te di de mi vida.
Et au sud de mes peines j'ai volé loin de toi
Y al sur de mis penas, volé lejos de ti
Pour couvrir mon cœur d'une cire plus noire
Para cubrir mi corazón de una cera más negra
Que tous le regards lancés à mon égard
Y que todas las miradas se dirijan hacia mi.  
J'ai tenté de voler loin de toi
Yo traté de volar lejos de ti.
J'ai tenté de voler loin de toi
Yo traté de volar lejos de ti.

El fusilado de Vasconcelos

" Mientras duraba la marcha, mi imaginación estuvo trabajando con rapidez y profundidad que no me había conocido antes. Íbamos a ser víctimas de una repugnante injusticia, y, sin embargo, no me preocupaba el momento próximo, sino la totalidad de mi vida anterior. Los hombres me parecían irresponsables, y todos los sucesos un tejido absurdo y cruel donde lo único natural e inevitable es morir. [...]  Frecuentemente me había ocurrido salir de las situaciones apuradas imaginando una actitud de audacia —cuando sufrimos un gran bochorno anhelamos correr, arrogantemente, a galope de caballo—; así las penas y situaciones dolorosas se alivian al instante si nos las representamos en panorama, si mentalmente las incorporamos a la estatuaria…"

José Vasconcelos 


Pueden leer el cuento completo AQUÍ.

jueves, 23 de febrero de 2012

La habitación del suicida de Wislawa Szymborska



La habitación del suicida 
Seguramente crees que la habitación estaba vacía.
Pues no. Había tres sillas bien firmes.
Una lámpara buena contra la oscuridad.
Un escritorio, en el escritorio una cartera, periódicos.
Un buda despreocupado. Un cristo pensativo.
Siete elefantes para la buena suerte y en el cajón una agenda.
¿Crees que no estaban en ella nuestras direcciones?
Seguramente crees que no había libros, cuadros ni discos.
Pues sí. Había una reanimante trompeta en unas manos negras.
Saskia con una flor cordial.
Alegría, divina chispa.
Odiseo sobre el estante durmiendo un sueño reparador
tras las fatigas del canto quinto.
Moralistas,
apellidos estampados con sílabas doradas
sobre lomos bellamente curtidos.
Los políticos justo al lado se mantenían erguidos.
No parecía que de esta habitación no hubiera salida,
al menos por la puerta,
o que no tuviera alguna perspectiva, al menos desde la ventana.
Las gafas para ver a lo lejos estaban en el alféizar.
Zumbaba una mosca, o sea que aún vivía.
Seguramente crees que cuando menos la carta algo aclaraba.
Y si yo te dijera que no había ninguna carta.
Tantos de nosotros, amigos, y todos cupimos
en un sobre vacío apoyado en un vaso.

miércoles, 4 de enero de 2012

El árbol generoso


HABÍA una vez un árbol...Y él amaba a un niño pequeño. Y todos los días el chico venía y recogía sus hojas y las convertía en coronas y jugaba a ser el rey del bosque.

Trepaba por su tronco y se columpiaba entre sus ramas y comía manzanas. Y jugaban al escondite. Y cuando se cansaba, dormía a la sombra del árbol. El pequeño amaba al árbol...muchísimo. Y el árbol era feliz.

Pero el tiempo pasó. Y el pequeño creció. Y el árbol se sentía a menudo muy solo. Un día el chico regresó y el árbol le dijo:

-Ven, chico, ven y trepa por mi tronco, mécete entre mis ramas, come manzanas, juega a mi sombra y sé feliz.

-Soy demasiado grande para escalar y jugar -dijo el chico-. Quiero comprar cosas y divertirme. Quiero algo de dinero. ¿Tú puedes darme algo de dinero?...

-Lo siento, -dijo el árbol-, pero no tengo dinero. Sólo tengo hojas y manzanas. Coge mis manzanas, chico, y véndelas en la ciudad. Así tendrás dinero y serás feliz.

Así que el chico trepó por el árbol, recogió sus manzanas y se las llevó. Y el árbol se sintió feliz.

Pero el chico estuvo fuera durante mucho tiempo...y el árbol se puso triste. Tiempo después el chico regresó y el árbol se sacudió con alegría y le dijo:

-Ven, chico, trepa por mi tronco, mécete entre mis ramas y sé feliz.

-Estoy demasiado ocupado para trepar por los árboles. Quiero una casa que me abrigue del frío. Quiero una esposa y también niños. ¿Tú puedes darme una casa?

-No tengo casa-, dijo el árbol. El bosque es mi casa, pero puedes cortar mis ramas y construir una casa. De ese modo serás feliz.

Así que el chico cortó sus ramas y se las llevó para construir una casa. Y el árbol fue feliz.

Pero el chico permaneció lejos durante mucho, mucho tiempo. Y cuando regresó, el árbol se sintió tan feliz que casi no podía hablar.

-Ven, chico- le susurró, -ven y juega conmigo.

-Estoy demasiado viejo y cansado para jugar-, dijo el chico.Quiero una barca que me lleve lejos de aquí. ¿Tú puedes darme una barca?

-Corta mi tronco y haz una barca-, dijo el árbol. Así podrás navegar lejos...y serás feliz.

Así que el chico cortó su tronco, hizo una barca y navegó lejos. Y el árbol se sintió feliz...pero no del todo.

Después de un largo tiempo el chico volvió de nuevo.

-Lo siento, chico-, dijo el árbol, -pero no tengo nada que darte. Ya no tengo manzanas.

-Mis dientes están demasiado débiles para las manzanas-, dijo el chico.

-Ya no tengo ramas-, dijo el árbol. Ya no puedes mecerte en ellas.

-Soy demasiado viejo para mecerme entre las ramas-, dijo el chico.

-No tengo tronco-, dijo el árbol, -ya no puedes trepar por él.

-Estoy demasiado cansado para trepar-, dijo el chico.

-Lo siento-, suspiró el árbol. Desearía poder darte algo...pero no me queda nada. Sólo soy un viejo tocón de árbol. Lo siento...

-Ahora necesito muy poco- dijo el chico, -solamente un lugar tranquilo para sentarme y descansar. Estoy muy cansado.

-Bueno- dijo el árbol enderezándose todo lo que pudo, -bueno, un viejo tocón es bueno para sentarse y descansar. Ven, chico, siéntate. Siéntate y descansa.

Y el chico así lo hizo. Y el árbol se sintió feliz.

Shel SilverStein