martes, 27 de junio de 2017

Tres poemas de Goethe




UNO Y TODO

Por encontrar un mundo sin fronteras,
en que nada será nunca bastante,
lo limitado se disuelve a gusto;
en vez de vago anhelo, querer firme;
no un humilde pedir, sino un derecho;
entregarse a sí mismo es un placer.

Alma del mundo, ven a traspasarnos.
Que fundirse a tu espíritu abrazados
será nuestro ejercicio entero y alto.
Hacia ti se dirigen los mejores,
y hacia ti nos señalan los más sabios,
a ti que creas y recreas todo.

Y en este recrear lo ya creado,
para evitar que rígido se vuelva,
hay una eterna y viva actividad.
Lo que una vez no fue, ya existe ahora,
los claros soles, las vistosas tierras,
sin excepción ni trampa es esta ley.

Debemos, pues, obrar y transformarnos,
y, encontrada la forma, hay que cambiarla.
Que algo perdure es solo una apariencia,
porque lo eterno eternamente cambia.
Así, pues, en la nada todo cae,
pues todo por seguir siendo, suspira.



UN SENTIMIENTO HUMANO

Oh, dioses, grandes dioses
del alto firmamento.
Si nos diéseis aquí,
sobre esta dura tierra,
la firme voluntad
y el claro entendimiento,
tranquilos os dejáramos
disfrutando,
oh benditos
de vuestros anchos cielos.


NORMA DE VIDA

Si quieres ser feliz,
olvida lo pasado,
y si te ves desnudo
hazte de cuenta que acabas de nacer.
A cada nuevo día pregúntale qué quiere,
y cada nuevo día lo dirá.
Sean tus propios trabajos tu alegría,
y alégrate también con los de otros,
que el primer bien es no sentir envidia.
Y deja a Dios el resto.

sábado, 24 de junio de 2017

Tres poemas de Tania Ganitsky






La voz es un lugar
oscuro
tomado por animales feroces
en los que ya nadie cree.
Para hablar
hay que escapar
del fuego de sus pupilas
y del filo de su hambre.
Para poder decir
miedo o mío
hay que imaginarlos jugando.




Un día no tendré escritura.
Sacaré la lengua como los colgados,
inútilmente.
Nunca dominé la gramática del fuego
y mi idioma
siempre se inclinó hacia las cenizas.
Para entonces habré domesticado
el silencio,
que me seguirá como un perro.




Nunca he tenido algo
que decir.
La poesía es el síntoma
de mi silencio.
Algunas imágenes errantes
como los tigres
los caballos
y las piedras
flotan en el aire.
Nada de esto pesa, pasa, aplaza.
Las metáforas
no concilian la distancia poética
de dos abismos.
El mar ha muerto
El desierto ha muerto.
Lo sé porque una vez envenené
a un caracol con sal
y burbujeaba
igual que este vertedero
de palabras.


Tomado de TRANSFRONTERIZAS 38 Poetas Latinoamericanas.


martes, 20 de junio de 2017

Poemazol de Xitlalitl Rodríguez Mendoza




Esta mañana
antes de ir al trabajo
fui a la Súper
Farmacia de Dios,
donde además de medicinas
venden recetas.

La doctora, una década
menor que yo,
me habla de usted
pero dice que los pacientes somos
como niñitos
aprendiendo a caminar
y eso la pone en el papel
de mi madre.

Me regaña porque
no me gusta la fruta
y me hizo recordar
a María Auxiliadora,
muchas gracias,
bata blanca.

Me dice que no debo
ingerir
alcohol
grasa
legumbres
cucurbitáceas
ahora me
recuerda a
ese escritor
¿o era una oveja?
que ya en el
XIX las advertía.

Me pregunta si
manejo: no lo hago.
Entonces, dice,
no tengo nada
de qué preocuparme.

Mi diagnóstico es
gastritis
y una colitis
de miedo, eso
dice: de miedo.

En mi oficina
me advirtieron
que podrían correrme
si sigo llegando
tarde
pero no duermo
por pensar en que
otra vez
me quedaré
dormida y voy a retrasarme
y esa angustia me quita
el sueño y al día siguiente
no puedo despertar,
es así que llego
doblada de dolor
a la oficina.
Tarde, doc.

Ahora debo
dejar de comer
lo que me gusta y
mantenerme sana.

Salud para trabajar,
salud para pagarle,
salud para atender
las alertas de la Organización
Mundial de la Salud.

Y yo lo que quisiera
es que usted me ayudara
a morir, doc,
poco a poco,
a vivir
largamente,
vigilarme
hasta el paso angosto
de una vejez con mi
único objetivo profesional:
no pagar renta
ni cumplir con un horario
de oficina
y así tener tiempo
de ver crecer
helechos que
como yo
transportan en el aire
insectos metálicos
de esta ciudad ya extinta.

En pocas palabras, doctora,
sólo quisiera morir
sin preocuparme de
llevar ideas con punch
a la junta del siguiente lunes.



Tomado de la antología "Transfronterizas" 38 POETAS LATINOAMERICANAS.

viernes, 16 de junio de 2017

Consiento de José Ángel Valente

Debo morir. Y sin embargo, nada
muere, porque nada
tiene fe suficiente
para poder morir.
No muere el día,
pasa;
ni una rosa,
se apaga;
resbala el sol, no muere.
Sólo yo que he tocado
el sol, la rosa, el día.
y he creído,
soy capaz de morir.

jueves, 8 de junio de 2017