domingo, 13 de diciembre de 2015

Llamadme por mis verdaderos nombres



No digáis que partiré mañana,
pues aún estoy llegando.
Mirad profundamente; estoy llegando a cada instante,
para ser brote de primavera en una rama,
para ser pajarillo de alas aún frágiles,
que aprendo a cantar en mi nuevo nido,
para ser mariposa en el corazón de una flor,
para ser joya oculta en una piedra.
Aún estoy llegando para reír y para llorar,
para temer y para esperar.
El ritmo de mi corazón es el nacimiento y la muerte
de todo lo que vive.
Soy un insecto que se metamorfosea
en la superficie del río.
Y soy el pájaro
que se precipita para tragarlo.
Soy una rana que nada feliz
en las aguas claras del estanque.
Y soy la serpiente acuática
que sigilosamente se alimenta de la rana.
Soy el niño de Uganda, todo piel y huesos,
mis piernas tan delgadas como cañas de bambú.
Y soy el comerciante de armas
que vende armas letales a Uganda.
Soy la niña de doce años,
refugiada en una pequeña embarcación,
que se arroja al océano
tras haber sido violada por un pirata.
Y soy el pirata,
cuyo corazón es aún incapaz
de ver y de amar.
Soy un miembro del Politburó
con todo el poder en mis manos.
Y soy el hombre que ha pagado
su "deuda de sangre" a mi pueblo
muriendo lentamente en un campo de concentración.
Mi alegría es como la primavera, tan cálida
que hace florecer las flores de la Tierra entera..
Mi dolor es como un río de lágrimas,
tan vasto que llena los cuatro océanos.
Llamadme por mis verdaderos nombres, os lo ruego
para poder despertar
y que la puerta de mi corazón
pueda quedar abierta,
la puerta de la compasión.

Thich Nhat Hanh

viernes, 11 de diciembre de 2015

Contra la muerte



Me arranco las visiones y me arranco los ojos cada día que pasa.
No quiero ver ¡no puedo! ver morir a los hombres cada día.
Prefiero ser de piedra, estar oscuro,
a soportar el asco de ablandarme por dentro y sonreír
a diestra y siniestra con tal de prosperar en mi negocio.

No tengo otro negocio que estar aquí diciendo la verdad
en mitad de la calle y hacia todos los vientos:
la verdad de estar vivo, únicamente vivo,
con los pies en la tierra y el esqueleto libre en este mundo.

¿Qué sacamos con eso de saltar hasta el sol con nuestras máquinas
a la velocidad del pensamiento, demonios: qué sacamos
con volar más allá del infinito
si seguimos muriendo sin esperanza alguna de vivir
fuera del tiempo oscuro?

Dios no me sirve. Nadie me sirve para nada.
Pero respiro, y como, y hasta duermo
pensando que me faltan unos diez o veinte años para irme
de bruces, como todos, a dormir en dos metros de cemento allá abajo.

No lloro, no me lloro. Todo ha de ser así como ha de ser,
pero no puedo ver cajones y cajones
pasar, pasar, pasar, pasar cada minuto
llenos de algo, rellenos de algo, no puedo ver
todavía caliente la sangre en los cajones.

Toco esta rosa, beso sus pétalos, adoro
la vida, no me canso de amar a las mujeres: me alimento
de abrir el mundo en ellas. Pero todo es inútil,
porque yo mismo soy una cabeza inútil
lista para cortar, pero no entender qué es eso
de esperar otro mundo de este mundo.

Me hablan del Dios o me hablan de la Historia. Me río
de ir a buscar tan lejos la explicación del hambre
que me devora, el hambre de vivir como el sol
en la gracia del aire, eternamente.

Gonzalo Rojas

domingo, 6 de diciembre de 2015

Antes del final


Estoy solo.

Quiero escribir todas las páginas del mundo
leer la cifra secreta oculta en el agua primordial
cantar el canto nuevo de la nueva humanidad/
cantar sin tiempo un canto de lluvia y empaparme la cara
y la sangre de agua fresca/ del agua clara que baja de la cima.

Y me pregunto: ¿por eso estoy aquí?
en medio del desierto rodeado de gente que no conozco.
¿Conozco esta gente? ¿me rodea y me habla a mí? a quiénes hablan?

Quiero decir estos poemas con la voz de un pájaro y el zarpazo de un tigre.
¿Qué son estos poemas? ¿qué es eso que llaman la poesía?
Clasificar el mundo y sus objetos
y ponerle número a cada cosa es la religión de los tiempos.
Una legión de fanáticos camina detrás de los objetos.

El arte es el opio de los pueblos dicen los nuevos pastores
¿existe el arte? ¿el pueblo?
¿dónde están los pastores de este inmenso rebaño de ovejas?

¿Por qué estoy aquí? ¿por qué aquí y no allá?
allá donde el sol broncea el cuerpo de felinas mujeres
o más allá/ donde el hombre inventa distintas muertes cada día/ todos los días.

Estoy solo/ busco amor.
Quiero ser el amado.
¿Me alcanzará?
¿Me alcanza esta soledad para escribir el poema total?/
ese aleph/ ese inalcanzable.
¿O el amor y el deseo de una dulce obrera del mercado
es el fin de todas mis utopías?
naranjas papas y manzanas en sus manos sucias y sus jugos en mi cuerpo
y sus ojos admirando mi palabra/ mis sombras / mis castillos de humo.

¿Para qué nacer amar desamar y morir? ¿para qué Dios de los vencidos?
dime Dios ¿para qué?

Quiero ser el amado/ el bienamado/ el más amado.
¿Y el paraíso terrenal/ la revolución/ la súper hembra/ el gran polvo?
y buscarte en lo alto/ más alto que los fatuos cielos.

¿dónde estás padre?

¿Y los hombres/ la libertad/ los ideales supremos/ la loca utopía...?
¿Qué hago acá en este punto infinitesimal del cosmos
intentando trascender con palabras demasiado gastadas?

¿Y los hijos? ¿y esta sangre que me sucede como revolución ansiada?

Hombre que inventa religiones / mecanismos/ discursos/ fantasmagorías
¿por qué y para qué el poema? ¿dónde la poesía?
¿ese arco tensado entre dos estrellas ilusorias?
¿dónde la flecha que atraviesa esta eternidad de instantes?

la poesía: esa oscuridad/ luz / pensamientos/ genio encerrado en una botella/ todo y
nada.

¿Detendrá mi palabra algún día la bala del suicida o el asesino?
¿es necesario el poema/ el poeta/ el inventado/ para detener esa bala?
¿justificará ese instante el poema?
¿la miseria del mundo/ el hambre/ la muerte sin sentido?

Estoy solo/ sin padres/ sin hijos/ sin amada en medio de la noche cósmica.

Estoy temblando.
Voy a morir.

¡Pero antes voy a salvarme!

¡Antes escribiré el poema que frenará la bala
de la infinita tristeza del hombre!


Aldo Luis Novelli