lunes, 25 de febrero de 2013
sábado, 2 de febrero de 2013
Un amor indeciso
Un amor indeciso se ha acercado a mi puerta...
Y no pasa; y se queda frente a la puerta abierta.
Yo le digo al amor: - ¿Qué te trae a mi casa?
Y el amor no responde, no saluda, no pasa...
Es un amor pequeño que perdió su camino:
Venía ya la noche... Y con la noche vino.
¡Qué amor tan pequeñito para andar con la sombra!...
¿Que palabra no dice, qué nombre no me nombra?...
¿Qué deja ir o separa? ¿Que paisaje apretado
se le quedó en el fondo de los ojos cerrados?...
Este amor nada dice... Este amor nada sabe:
Es del color del viento, de la huella de un ave.
Extraño amor sin rumbo que me gana y me pierde,
que huele las naranjas y que las rosas muerde...
Que todo lo confunde, lo deja... ¡Y no lo deja!
Que esconde estrellas nuevas en la ceniza vieja...
Y no sabe morir ni vivir: Y no sabe
que el mañana es tan solo el hoy muerto...
El cadáver futuro de este hoy claro, de esta hora cierta...
Un amor indeciso se ha dormido a mi puerta...
Dulce María Loynaz
La Szymborska, a un año de su muerte.
Ha sido un descubrimiento dichoso tu poesía, te aseguro, Wislawa, que mi visión no sería ni siquiera un poco de lo que es ahora, de no haberte leído.
Debo mucho
a quienes no amo.
El alivio con que acepto
que son más queridos por otro.
La alegría de no ser yo
el lobo de sus ovejas.
Estoy en paz con ellos
y en libertad con ellos,
yeso el amor ni puede darlo
ni sabe tomarlo.
No los espero
en un ir y venir de la ventana a la puerta.
Paciente
casi como un reloj de sol
entiendo
lo que el amor no entiende;
perdono
lo que el amor jamás perdonaría.
Desde el encuentro hasta la carta
no pasa una eternidad,
sino simplemente unos días o semanas.
Los viajes con ellos siempre son un éxito,
los conciertos son escuchados,
las catedrales visitadas,
los paisajes nítidos.
Y cuando nos separan
lejanos países
son países
bien conocidos en los mapas.
Es gracias a ellos
que yo vivo en tres dimensiones,
en un espacio no-lírico y no-retórico,
con un horizonte real por lo móvil.
Ni siquiera imaginan
cuánto hay en sus manos vacías.
"No les debo nada",
diría el amor
sobre este tema abierto.
Wislawa Szymborska, Traducción de A. Murcia
Debo mucho
a quienes no amo.
El alivio con que acepto
que son más queridos por otro.
La alegría de no ser yo
el lobo de sus ovejas.
Estoy en paz con ellos
y en libertad con ellos,
yeso el amor ni puede darlo
ni sabe tomarlo.
No los espero
en un ir y venir de la ventana a la puerta.
Paciente
casi como un reloj de sol
entiendo
lo que el amor no entiende;
perdono
lo que el amor jamás perdonaría.
Desde el encuentro hasta la carta
no pasa una eternidad,
sino simplemente unos días o semanas.
Los viajes con ellos siempre son un éxito,
los conciertos son escuchados,
las catedrales visitadas,
los paisajes nítidos.
Y cuando nos separan
lejanos países
son países
bien conocidos en los mapas.
Es gracias a ellos
que yo vivo en tres dimensiones,
en un espacio no-lírico y no-retórico,
con un horizonte real por lo móvil.
Ni siquiera imaginan
cuánto hay en sus manos vacías.
"No les debo nada",
diría el amor
sobre este tema abierto.
Wislawa Szymborska, Traducción de A. Murcia
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