De pronto, arrastrada por un raro dolor
entro a este mundo de todos y de nadie,
donde estaré quién sabe cuánto tiempo
para salir cualquier hora de un día,
de pie y hacia la vida
o quietamente horizontal y ciega.
Se piensan y se sienten tantas cosas
aquí, donde el dolor, la muerte, la esperanza,
la indiferencia, el miedo,
la rabia, la injusticia y el absurdo
se acercan, se entretejen, se confunden
en una loca danza cotidiana.
Margarita Paz Paredes