Si ya no te quieren, acepta. Si nunca te quisieron, acepta. Aceptar es la clave para no sufrir más de la cuenta cuando no eres correspondida, o cuando tu pareja se desenamora de ti. Las relaciones en las que uno de los dos está enamorado y el otro no, son infernales. Cuando tengas que enfrentarte a un ruptura, hazlo con cariño. Despidete, cierra las historias con amor del bueno. Las guerras románticas no sirven para recuperar a tu amado o amada. Los chantajes, las amenazas, las escenitas dramáticas no reenamoran jamás a nadie. Las lágrimas y la lástima, no sirven para reavivir un amor que se extingue. Los reproches sólo aumentan las ganas de irse. No te metas en guerras, no mendigues ni exijas amor. Acepta que la relación se ha acabado, acepta con humildad, con deportividad, con amor que ya no te quieren. Todos somos libres para ir o venir, para llegar, para quedarnos y para irnos: no podemos obligar a nadie a que nos corresponda solo porque nosotras estamos enamoradas. Nadie puede obligarnos jamás a estar en una relación si ya no queremos estar.
El amor no puede comprarse, no es un deber, y no eres una mala persona si te estás desenamorando: nos pasa a todos y a todas. El amor empieza y se acaba, aunque en las películas nos seducen con la idea de que el amor de verdad dura toda la eternidad.
Los amores se estropean, se extinguen, se deterioran, y lo mejor que podemos hacer es aceptarlo, y acabar en el momento justo. Alargar las agonías románticas es demasiado doloroso: las rupturas no son un fracaso. El fracaso es quedarte con alguien con quien ya no eres feliz. El fracaso es tener que estar donde ya no quieres estar. Que no te amen ya no significa que no valgas nada: sigues siendo una persona estupenda, y no importa si tienes o no pareja, si tienes o no pretendientes. Tu autoestima jamás debe depender de una sola persona: si tu te quieres bien a ti misma, no necesitas que nadie te haga valiosa. No necesitas ser la mejor, no pasa nada por no ser el centro de la vida de alguien. El Ego siempre te va a pedir ser vencedor o vencedora: olvídate de las batallas del amor. Aprende a amar tu libertad, y la libertad de las personas para acompañarte un ratito en el camino de la vida, o para seguir por su lado.
Romper una relación puede ser muy positivo porque se abren siempre nuevas puertas y ventanas, nuevos caminos, nuevas formas de vivir la vida y de relacionarse. Hay que ser valiente para despedirse y dejar el pasado atrás: hay que mirar el presente y el futuro con ganas, con alegría, con la idea de que hay más amores con los que construir relaciones lindas. El amor es para disfrutar, por eso si ya no te quieren, no te quedes esperando a que suceda un milagro. Lo mejor es tomar las riendas de tu vida, separarte con amor, aprender a disfrutar de la soltería, y estar siempre rodeada de gente estupenda que te quiera mucho. Tengas o no pareja. Di no a las guerras románticas: el amor no es eterno, y el mundo no se acaba cuando dejan de amarte. Hay mucha gente a tu alrededor que te quiere: el duelo se llora, y no hay por qué odiar al que se va de nuestro lado. Si, aceptación total, y siempre mirando hacia delante: el amor es una energía que está en todas partes.
Coral Herrera Gómez
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