domingo, 17 de marzo de 2013

Qué lástima


Qué lástima que duermas
y se interrumpa el diálogo
y no sientas mi beso
en tus ojos cerrados.


Qué lástima tu infancia
así truncada,
ese tiempo sin tiempo
a medio abrir
por el que ya empezaba
a vislumbrarte.


Mañana todo habrá cambiado:
otra vez hablándonos
de lejos
desde nuestras esquivas
soledades.


Qué lástima
los signos de mi amor,
mis apretados círculos
de miedo
que no sé si entendiste.



Claribel Alegría

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