sábado, 12 de julio de 2014
Poema íntimo
Si solamente tengo palabras y palabras
para decir mi angustia, mi sed de eternidad,
y las palabras son espejos desolados
que sus aguas no pueden la imagen reflejar.
Si en mis entrañas siento el vivo calosfrío
del misterio de Dios, que quisiera expresar,
pero al querer hacerlo me fallan las palabras
porque la idea no cabe y las hace estallar.
¿Con qué pintar la espera que nace de mi sangre,
la voz que me circula, mi lejano mirar,
si las palabras son instantes de agonía
que en ecos se transforman, y mueren al azar?
¿Con qué grabar la línea del cuerpo imaginado,
lo que sin ojos veo en mi ausencia carnal,
si las palabras son corolas de vacío
que al caerles mis sueños, no los pueden guardar?
¿Con qué grabar la línea del cuerpo imaginado,
las heridas de aroma que me deja el amor,
si las palabras son cadáveres errantes
y es imposible darles un nuevo corazón?
Si pudiera -no quiero- desterrar de mí mismo
este afán indomable de querer explicar
los estremecimientos del infierno secreto,
que no cesa un instante de crecer y de dudar...
Si pudiera -no quiero- asfixiar la locura
que vuela sin sosiego tratando de encontrar
el lenguaje preciso, capaz de dar idea
de lo que ante el misterio me atrevo a imaginar...
Mas tengo por la fuerza que sentir lo que siento,
que sufrirlo en silencio y al exterior callar.
Poeta sin palabras, ¡qué terrible tormento!,
mi voz impronunciada me tiene que matar.
Elías Nandino
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