jueves, 31 de marzo de 2016

Dormir y despertar





Como no era capaz de comprender
una cosa sin la otra, y tú tampoco,
pensé que hacíamos una buena pareja.
Nos confesamos
el uno al otro nuestro más oscuro
secreto: que existíamos...
Pero eso fue en la noche y oh, al alba,
qué visión tan terrible:
desperté, mi cabeza junto a ti,
tú, el rubio, el almiar, el trigo.
Y pensé: Señor,
yo qué clase de pan
voy a ser,
y quién lo comerá.

Nichita Stanescu

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