domingo, 8 de enero de 2017

Desde entonces de José Emilio Pacheco



Hubo una edad (siglos atrás, nadie lo recuerda)

en que estuvimos juntos meses enteros,

desde el amanecer hasta la media noche.

Hablamos todo lo que había que hablar.

Hicimos todo lo que había que hacer.

Nos llenamos

de plenitudes y fracasos.

En poco tiempo,

incineramos los contados días.

Se hizo imposible

sobrevivir a lo que unidos fuimos.

Y desde entonces la eternidad

me dio un gastado vocabulario muy breve:

“ausencia”, “olvido”, “desamor”, “lejanía”.

Y nunca más, nunca más, nunca, nunca.

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