miércoles, 28 de diciembre de 2016

Diarios del cáncer de Audre Lorde


Esta es una traducción mía de The cancer journals, libro que recupera un testimonio sensible y poderoso de la enfermedad, escrito por la poeta y feminista Audre Lorde. Me decidí a transcribir y traducir algunas entradas. De antemano me disculpo por los errores.




4/16/79

La enormidad de nuestra tarea, transformar el mundo. Se siente como si mi vida cambiara de adentro hacia afuera. Si pudiera mirar directamente a mi vida y a mi muerte sin encogerme, sabría que no hay nada puedan hacerme nuevamente. Debo contentarme con ver cuán pequeña soy y cuán poco puedo hacer, y aún así hacerlo con el corazón abierto. Nunca podré aceptar esto, del mismo modo en que no puedo aceptar que el cambio en mi vida sea tan drástico: comer diferente, dormir diferente, moverme diferente, ser diferente. Como dijo Martha, quiero a la vieja yo como nunca antes. 


4/22/ 79

Debo dejar que este dolor me atraviese y se desvanezca. Si me resisto o intento detenerlo, explotará dentro mío, me despedazará y lanzará mis pedazos contra cada pared y cada persona que toque.


10/3/ 79

Yo no siento que esté siendo fuerte, pero, ¿acaso tengo alguna opción? Duele cuando incluso mis hermanas me miran en las calles con ojos fríos y silenciosos. Estoy definida como la otra en cada grupo al cual pertenezco. La extraña, fuerte y a la vez débil. Aunque sin la comunidad, ciertamente no existe ninguna liberación, ni futuro, sólo el más vulnerable y temporal acuerdo entre mi opresión y yo.


11/19/79

Quiero escribir con furia pero todo lo que sale de mi pluma es tristeza. Hemos estado tristes lo suficiente como para provocar el llanto de la tierra o hacerla más fértil. Soy un anacronismo, una rareza, como la abeja que no fue hecha para volar. La ciencia lo confirma. En teoría, yo no podría existir. Cargo la muerte en mi cuerpo como una condena pero aún así estoy viva, vivo. Las abejas también vuelan. Debe existir una manera en la que podamos integrar la muerte en la vida, sin ignorarla o rendirse ante ella. 


1/1/80

"Fe" es el último día del Kwanza, y el nombre de la guerra contra la desesperanza, la batalla que libro diariamente. Me he vuelto mejor guerrera. Quiero escribir sobre esa batalla: las escaramuzas, las pérdidas, las pequeñas pero tan importantes victorias que conforman la dulzura de mi vida.  


1/20/80

La novela está al fin terminada. Ha sido un salvavidas. No tengo que ganar con el fin de validar mis sueños, sólo tengo que creer en un proceso del cual formo parte. Mi trabajo me mantuvo viva el año pasado, mi trabajo y el amor de las mujeres. Ambos son inseparables el uno del otro. En el reconocimiento de la existencia del amor reside la respuesta a la desesperanza. El trabajo es ese reconocimiento dotado de una voz y un nombre.  

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