Ilustración: María Conejo |
Para W.
No sé cómo se construyen los finales.
Ayer volví noche a la casa
y encontré unas semillas que dejaste
aquellos días que estabas aquí fumando hierba
o cigarrillos.
Siempre en tu mano tan delgada y larga una cerveza,
algunos días, el agua de fruta que te preparaba.
Aunque yo no pudiera tomar agua
pero tomaba a tu lado, un poco.
Tomé un poco también de cerveza.
También fumé dos que tres cigarros.
Quisiera regar todas las semillas en mi cama
y formar tu cuerpo o traer el verde de tus ojos.
Ya no es posible, las tiro a la basura.
Esa foto tuya en la playa
con los pocos tótems donde deposité mi amor:
una pluma, un sol, una luna, una piedra preciosa,
me dejó cálido el corazón.
No sé cómo se construyen los finales,
pero una noche nos abrazamos
y no mentí al decirte
que te quería con todo y tus defectos.
Su lectura es impresionante, pero al mismo tiempo perturbadora entre lineas.
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