domingo, 3 de enero de 2016

Y siempre es hoy



Así, de pronto, supe que
tengo una garza herida en las dos alas
dentro del corazón.
Con sus dos alas rotas
no puede alzarse, pero vive.
Me es útil. Añora el agua. Por ella
a veces lloro largo rato, a ver si cree
que tiene cerca el mar.
No le he visto el color, pero la siento
de un leve gris. Le canto
para que duerma y nunca
duerme, recordándome cosas.
Con sus plumas me susurra:
“Hoy es día de amar
y siempre es hoy”.
Otras veces me dice
que un búho huérfano y enfermo
aconseja a los hombres
que besan sin amor a las muchachas.
Por ella
no conozco el rencor.
El pajarillo herido, acurrucado
en mi tibio rincón
no puede alzarse, pero ama,
y me transmite su amoroso tiempo.


Georgina Herrera

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