LX
¡Oh amor de pobreza,
reino de tranquilidad!
Pobreza, vía segura,
no hay en ella riña ni rencor;
del ladrón no tiene temor,
ni tempestad alguna.
Pobreza mora en paz,
ningún testamento hace:
deja el mundo como está
y a las gentes concordadas.
No va a juez ni a notario,
a casa no lleva salario;
ríese del hombre avaro,
que está en tanta ansiedad.
Pobreza, alto saber,
a ninguna cosa someterse,
en desprecio poseer
todas las cosas creadas.
Quien desprecia, sí posee;
poseyendo no se daña:
nada le retiene
de hacer sus jornadas.
Quien desea es poseído:
a lo que ama se ha vendido;
si él piensa que ha tenido,
mala recompensa ha obtenido.
Demasiado escaso es mi coraje
si entro en vasallaje,
la semejanza de Dios que tengo,
la corrompiera en vanidad.
Dios no habita en corazón estrecho;
tanto es grande cuanto tienes afecto;
Pobreza tiene, sí, gran pecho,
donde alberga la Deidad.
Pobreza es el cielo escondido
para quien está en la tierra oscurecido;
quien en el tercer cielo suyo ha entrado,
oye arcana profundidad.
El primer cielo es el firmamento,
de todo honor despojamiento:
grande pone impedimento
a encontrar seguridad.
Para hacer al honor en ti morir,
las riquezas has de desterrar,
a la ciencia enmudecer
y huir la fama de la santidad.
La riqueza el tiempo quita,
la ciencia en viento se hincha,
la fama alberga y acoge
la hipocresía de todas partes.
Paréceme cielo estrellado
quien de estas tres es despojado;
mirar otro cielo velado:
aguas claras solidadas.
Cuatro vientos mueve el mar,
que a la mente hacen turbar:
el temer y el esperar,
el doler y el gozar.
Estos cuatro despojamientos
más que los primeros son duros;
si los digo, por error
a quien no tiene capacidad:
del infierno no temer
y del cielo esperanza no tener,
de ningún bien gozar
y no dolerse de la adversidad.
La virtud no es el porqué,
que el porqué está fuera de ti:
siempre incógnito te importa
curar tu enfermedad.
Si están desnudas las virtudes
y los vicios no vestidos,
mortales se hacen heridas
caen en tierras vulneradas.
Luego los vicios mueren,
las virtudes resucitan
confortadas por la casa
de toda impasibilidad.
El tercer cielo es de más altura,
no tiene término ni mesura:
fuera de la imaginación
fantasías mortificadas.
De todo bien se ha despojado
y de virtud expropiado:
atesoras lo adquirido
en tu propia vileza.
Este cielo es fabricado,
en una nada está fundado,
donde el amor purificado
vive en la verdad.
Cualquier cosa que te parezca no es,
tan alto es el que es:
La soberbia en el cielo está
y condénase la humildad.
Entre la virtud y el acto
a muchos se oye en el juego: "Mate":
así piensa obtener un buen trato
quien está en tierra alienado.
Este cielo tiene nombre "No":
remoza lengua e intención,
donde el amor está en prisión
en esa luz oscurecida.
Toda luz es tiniebla,
o toda tiniebla es día:
la nueva filosofía
los odres viejos ha roto.
Allí donde Cristo está asentado,
todo lo viejo es por ella remozado,
lo uno en lo otro transformado
en admirable unidad.
Vive amor sin afecto
y saber sin intelecto,
el querer de Dios electo
para hacer su voluntad.
Vivir yo y no yo,
y ser mío no ser mío,
esto es un pasto tal
que definirlo no sé.
Pobreza es nada tener
y nada además querer,
y toda cosa poseer
en espíritu de libertad.