CARTA A JESUCRISTO
Me seducís
El estrépito del pasado ya no resuena
con miedo en mi alma.
Jesús. Voy a seguirte. Estoy entregada
a tu Amor
y tu designio amoroso.
No todo es poesía. Te busco en una
ciudad maldita,
sufriente.
Pero ahora estás en Todo.
Abrí los ojos del alma. Ya no temo a
la vida,
ni al paso de la muerte, ni a ser
humano alguno. Vos
me das tu fuerza.
No padezco el tormento del ansia,
porque se fueron mi
sed y mi hambre. No eran del cuerpo
sino del espíritu, y
es ha sido y será saciado con tu
Palabra que bendice
y sana, que aclara y pacifica.
Morí a la vanidad y al hartazgo, la
locura, la degradación.
Jesús, Señor, Dios, Altísimo. Te
envío esta carta
agradeciendo mi vida y la de mis seres
queridos.
Abro mi corazón a tu Amor que no
conozco
totalmente, pero creo en él.
El tiempo humano es fantasía.
Pongo el reloj de mi vida en tus manos.
Bendice mi creación, mi canto, mis
dibujos, mi poesía,
cada uno de mis actos... bendícelos
como una plegaria
de amor y acción de gracias para que
se eleven del
amor humano al amor divino que todo lo
contiene.
Gracias por mi belleza, mi inteligencia
limitada, mi
sensibilidad.
Ayúdame a usarla y encausarla para que
no sea
lastimada ya sino que aprenda a curarse
y a curar a
otros. Esto te pido con amor y
emoción.
Delfina
TU HIJA
***
QUIERO ARRANCAR LA MUERTE DE MI VIDA
Quiero arrancar
la muerte de mi vida
quiero ofrecer
al mundo las cenizas
Voy
a creer que sangro en cada herida
voy,
a bordar
la senda de otra vida
No, Pero no,
la noche y su silencio
no
pero no,
la tarde y su veneno
Quisiera darte
todo lo que odio
para que tú
lo vuelvas compasión
Quiero partirte todos mis deseos
sobre la piel hasta que me olvides
Porque jamás
Hablamos con la muerte
porque detrás
aguarda el corazón
Voy
a nacer
de una hoja desnuda
voy
a volar
en un tiempo extraño
al que nadie conoce y sin embargo
todos beberán cierta vez
esta copa desconocida
***
MIENTRAS OTROS
Mientras otros se reparten
las flores y los truenos
yo quisiera llorar
y ser el fuego
el júbilo intacto de una mañana fría
el gajo desnudo
que se ofrece
cuando ya no queda nada
Quisiera ser
la piedra silenciosa
arrojada al camino
la roja dentellada de una muerte
cualquiera
la pupila roedora del amor
y el olvido
Quisiera irme despacio,
sin despertar a nadie
para apurar mi copa de veneno
Para abrevar en las noche de espinas
quietas
la oscuridad de voces
que siempre me espera
***
EL SILENCIO DEJA DE SER UNA RESPUESTA
El silencio deja de ser una respuesta
cuando el azul se quiebra insostenible
insoportable,
y los dioses están muertos.
El coraje es tan sólo una palabra
cuando los siquiatras creen saberlo
todo
y se enfrentan a su miseria
en un doceavo piso confortable.
Yo ya no río más, no río más.
Sólo los ríos pueden hacerme llorar
el recuerdo de lo bello,
el riesgo de morir y vivir cada
instante
guardando las formas
para enlutar un traje más.
Pasó un pájaro de alas rotas
y yo tengo miedo,
miedo del instante que sigue
y el que precede.
Control, palabra odiosa,
todos somos egocéntricos
todos ansiamos la gloria
y una playa desierta que nadie haya
pisado,
mancillado con sus sucias botas,
la huella del tiempo, pátina
fácilmente habitable.