lunes, 30 de mayo de 2022

Diez años escribiendo poesía



Mi primera invitación para colaborar en Circulo de Poesía, revista de renombre a nivel nacional en el ámbito poético, la recibí alrededor del 2013 o 2014. En ese momento rehice varias veces la selección, hasta que, probablemente, agoté la paciencia de quién me había invitado a publicar. Estaba muy insegura de mi voz poética porque recién la había encontrado, yo que me había decantado casi toda mi vida por la narrativa y aún hoy es uno de mis géneros preferidos para transmitir emociones complejas, situaciones complejas, angulosas y apabullantes que solo la riqueza de un narrador y los elementos narratológicos me permitirían transmitir a través de sus máscaras. Han pasado diez años de que escribí mi primer poemario, en aquel primer semestre del 2012, poco después de que mi padre había sido diagnosticado con un cáncer letal en sus músculos. Me recuerdo llorando en la biblioteca de la universidad. Me recuerdo leyendo a Dolores Castro, a Sabines. 

Ese año fui seleccionada por la Fundación para las Letras Mexicanas en el género de cuento, y viajé a Xalapa dejando atrás a mi padre enfermo. En ese momento, él estaba orgulloso de mí, organizó mi viaje. Era la única persona de Aguascalientes que iba. Para ese entonces, solo tres personas habían ganado esa beca, contándome. Ahora me da gusto de ver a las nuevas generaciones de escritores en Aguascalientes asistiendo al curso nuevamente. 

Después de estar en Estridentopolis, y gracias a las maravillosas clases de poesía que recibí allí, y de escuchar a un lado mío a Xel-Ha López leer un poema; regresé con un montón de poemas escritos a mi padre y su enfermedad, también a su inminente muerte. Ese montón de poemas se convertirían en un poemario llamado La noche es otra sombra, y que después del entierro de mi padre, de quedarnos sin recursos económicos en la familia, me daría una remuneración económica. Luego vendría más poesía, hasta que en octubre de 2014, me enteré de que estaba enferma de algo mortal. Mis riñones ya no funcionaban, les quedaba solo un 15% de su función. 

Saberme enferma fue y es aún un proceso complicado. Las enfermedades crecen con nosotros y son nuestras compañeras. Siempre he sentido una conexión especial con mi padre desde que supe que también podía morir pronto, y al mismo tiempo me empapé de toda la poesía y literatura que encontré sobre el tema. Diez años de aprender y reaprender, de hacer la poesía mi proyecto espiritual, mi aliada para conversar con el mundo. Aprender a vivir sola, el primer gozo de la independencia, el dolor de perder catéteres y saberme cada día un poco más enferma, la primera vez que vi morir a mi lado a una paciente, mi máquina como una ballena, yo como una sirena dentro de la clinica, cada día reteniendo más agua o menos agua, domar mi sed. Han sido tantas cosas que he dejado plasmadas allí, la ruptura con mi actual expareja, la ruptura de mi primer novio de años, cosas que no pensé que fueran a darse en mi vida, en mi cuerpo, y a pesar del dolor que me provocaron, las agradezco. Tanta hermosa vida, a veces imagino que abro los clamps de mis catéteres y en vez de sangre solo saldrán palabras. 

Esta vez nadie me invitó a publicar, gracias a la ayuda de un amigo, mandé mis textos a valoración. La selección fue hilada: la muerte de mi padre, Xalapa como un lugar que siempre me ha servido de centro del mundo, así como cierta estación lo era para Dalí, allí me pienso fuera y dentro de mí misma. Hace unas semanas rechacé una oferta laboral allá, porque sé que me voy a trasplantar en Aguascalientes y desde Aguascalientes. Todavía tengo muchos pendientes aquí, quiero pasar de sirena a mariposa pero con paciencia. Y finalmente, mi enfermedad, mi certeza de que saldré adelante. 

Fue muy hermoso, estoy muy contenta. Les dejo el link por si gustan leer la selección. Gracias a la vida y a las personas en mi camino. Gracias a mi enfermedad, que ha sido y sigue siendo mi maestra. 


Poesía mexicana: Arely Jiménez – Circulo de Poesía (circulodepoesia.com)

sábado, 28 de mayo de 2022

Mujeres poetas de la generación del 27: Carmen Conde y su poesía amorosa


 HALLAZGO


Desnuda y adherida a tu desnudez.

Mis pechos como hielos recién cortados,

en el agua plana de tu pecho.

Mis hombros abiertos bajo tus hombros.

Y tú, flotante en mi desnudez.

Alzaré los brazos y sostendré tu aire.

Podrás desceñir mi sueño

porque el cielo descansará en mi frente.

Afluentes de tus ríos serán mis ríos.

Navegaremos juntos, tú serás mi vela,

y yo te llevaré por mares escondidos.

¡Qué suprema efusión de geografías!

Tus manos sobre mis manos.

Tus ojos, aves de mi árbol,

en la yerba de mi cabeza.



AMOR



Ofrecimiento.

Acércate.

Junto a la noche te espero.

Nádame.

Fuentes profundas y frías

avivan mi corriente.

Mira qué puras son mis charcas.

¡Qué gozo el de mi yelo!




ANTE TI

Porque siendo tú el mismo, eres distinto

y distante de todos los que miran

esa rosa de luz que viertes siempre

de tu cielo a tu mar, campo que amo.


Campo mío, de amor nunca confeso;

de un amor recatado y pudoroso,

como virgen antigua que perdura

en mi cuerpo contiguo al tuyo eterno.


He venido a quererte, a que me digas

tus palabras de mar y de palmeras;

tus molinos de lienzo que salobres

me refrescan la sed de tanto tiempo.


Me abandono en tu mar, me dejo tuya

como darse hay que hacerlo para serte.

Si cerrara los ojos quedaría

hecha un ser y una voz: ahogada viva.


¿He venido, y me fui; me iré mañana

y vendré como hoy...? ¿qué otra criatura

volverá para ti, para quedarse

o escaparse en tu luz hacia lo nunca?

jueves, 26 de mayo de 2022

En la tierra de nadie de Carmen Conde


En la tierra de nadie, sobre el polvo

que pisan los que van y los que vienen,

he plantado mi tienda sin amparo

y contemplo si van como si vuelven.

Unos dicen que soy de los que van,

aunque estoy descansando del camino.

Otros “saben” que vuelvo, aunque

me calle;

y mi ruta más cierta yo no digo.

Intenté demostrar que a donde voy

es a mí, sólo a mí, para tenerme.

Y sonríen al oír, porque ellos todos

son la gente que va, pero que vuelve.

Escuchadme una vez: ya no me importan

los caminos de aquí, que tanto valen.

Porque anduve una vez, ya me he parado

para ahincarme en la tierra que es de

 nadie.

miércoles, 25 de mayo de 2022

Que tanto y tanto amor se pudra...

Lamento el sensible fallecimiento del poeta Eduardo Lizalde, quien habrá dado voz a los sentimientos más intensos y complejos. Desde la furia, el despecho, el dolor convertido en ángel furioso, que antes era amor, agradezco tus palabras que abrigan mis íntimas desdichas. 

AJ





Que tanto y tanto amor se pudra, oh dioses;
que se pierda
tanto increíble amor.
Que nada quede, amigos,
de esos mares de amor,
de estas verduras pobres de las eras
que las vacas devoran
lamiendo el otro lado del césped,
lanzando a nuestros pastos
las manadas de hidras y langostas
de sus lenguas calientes.

Como si el verde pasto celestial,
el mismo océano, salado como arenque,
hirvieran.
Que tanto y tanto amor
y tanto vuelo entre unos cuerpos
al abordaje apenas de su lecho se desplome.

Que una sola munición de estaño luminoso,
una bala pequeña,
un perdigón inocuo para un pato,
derrumbe al mismo tiempo todas las bandadas
y desgarre el cielo con sus plumas.

Que el oro mismo estalle sin motivo.
Que un amor capaz de convertir al sapo en rosa
se destroce.

Que tanto y tanto amor, una vez más, y tanto,
tanto imposible amor inexpresable,
nos vuelva tontos, monos sin sentido.

Que tanto amor queme sus naves
antes de llegar a tierra.

Es esto, dioses, poderosos amigos, perros,
niños, animales domésticos, señores,
lo que duele.


Eduardo Lizalde

Tengo 23 años...

 

Damien Cuypers



Tengo veintitrés años y tengo canas.

Tengo veintitrés años y estoy a nada de la fase terminal.

Tengo insuficiencia renal,

tengo dos riñones que decidieron ser colibríes

algo en mi sangre tiembla

y está herido

amenazan con volar.

Tengo veintitrés años y aún sueño

con volar sobre ciudades de imposible arquitectura.

Tengo una dieta restrictiva.

Llevo meses sin saber lo que es la tersura de la leche

por la noche y la mañana.

Tengo veintitrés años y tengo el pelo largo

sucio y débil.

Se me deshace en las manos cuando lo peino.

Tengo veintitrés años y aún quiero ser mangaka

poeta y loca

Tengo veintitrés años y me emociono escribiendo

historias de mujeres solas, enamoradas

no correspondidas o borrachas en la madrugada

Tengo veintitrés años y les juro que amo mis canas.

 



sábado, 7 de mayo de 2022

Continuidad de los finales


Ilustración: María Conejo



Para W.

 

No sé cómo se construyen los finales.

Ayer volví noche a la casa

y encontré unas semillas que dejaste

aquellos días que estabas aquí fumando hierba

o cigarrillos.

Siempre en tu mano tan delgada y larga una cerveza,

algunos días, el agua de fruta que te preparaba.

Aunque yo no pudiera tomar agua

pero tomaba a tu lado, un poco.

Tomé un poco también de cerveza.

También fumé dos que tres cigarros.

Quisiera regar todas las semillas en mi cama

y formar tu cuerpo o traer el verde de tus ojos.

Ya no es posible, las tiro a la basura.

Esa foto tuya en la playa

con los pocos tótems donde deposité mi amor:

una pluma, un sol, una luna, una piedra preciosa,

me dejó cálido el corazón.

No sé cómo se construyen los finales,

pero una noche nos abrazamos

y no mentí al decirte

que te quería con todo y tus defectos.