lunes, 11 de junio de 2018
Teoría de la mujer enferma de Johanna Hedva
Mujer enferma es una identidad y un cuerpo que puede pertenecer a cualquiera a quien se le haya negado el privilegio de la existencia (o se le haya prometido con un optimismo cruel una existencia así) de los hombres blancos, heterosexuales, sanos, neurotípicos, de clase media-alta, cis y capaces, que viven en países ricos, que nunca han tenido un seguro de salud, y cuya importancia para la sociedad es reconocida y explícita por esa misma sociedad. Cuya importancia y cuidado dominan esa sociedad, a expensas de y silenciando a todos los demás.
Mujer enferma es cualquiera que no tenga esa garantía de cuidado. A la mujer enferma se le dice que para esta sociedad, su cuidado, incluso su supervivencia, no importa.
Las mujeres enfermas son todos cuerpos disfuncionales, peligrosos y en peligro, que se han portado mal, son locos, incurables, traumatizados, desordenados, enfermos, crónicos, imposibles de asegurar, miserables, indeseables, disfuncionales en su conjunto, que pertenecen a mujeres, personas de color, pobres, enfermos, personas neuroatípicas, de capacidades diferentes, queer, trans y de género fluído, que históricamente han sido patologizadas, hospitalizadas, institucionalizadas, violentadas, consideradas inmanejables y, por lo tanto, culturalmente ilegítimas y políticamente invisibles.
Mujer enferma es una mujer trans negra que tiene ataques de pánico mientras usa un baño público, con miedo de la violencia que la aguarda. Mujer enferma es la hija de unos padres cuyas historias indígenas han sido borradas, que sufre el trauma de generaciones de colonización y violencia. Mujer enferma es una persona sin hogar con cualquier tipo de enfermedad y sin derecho a tratamiento, cuyo único acceso a la atención en salud mental es una estancia de 72 horas en el hospital del condado.
Mujer enferma es una mujer negra mentalmente enferma cuya familia llamó a la policía para pedir ayuda porque estaba sufriendo un episodio, y que fue asesinada bajo custodia policial, y cuya historia fue negada por todos los que operan bajo la supremacía blanca. Su nombre es Tanesha Anderson.
Mujer enferma es un hombre gay de 50 años que fue violado cuando era adolescente y ha permanecido callado y avergonzado, creyendo que los hombres no pueden ser violados.
Mujer enferma es una persona discapacitada que no pudo ir a una conferencia sobre los derechos de las personas con discapacidad porque se organizó en un lugar no accesible.
Mujer enferma es una mujer blanca con una enfermedad crónica enraizada en un trauma sexual que debe tomar analgésicos para levantarse de la cama.
Mujer enferma es un hombre heterosexual con depresión que ha sido medicado desde la adolescencia y ahora tiene dificultades para trabajar las sesenta horas semanales que su trabajo exige.
Mujer enferma es alguien a diagnosticado de una enfermedad crónica cuyos familiares y amigos continuamente le dicen que debería hacer más ejercicio.
Mujer enferma es una mujer queer de color cuyo activismo, intelecto, ira y depresión son vistos por la sociedad blanca como atributos indeseables de su personalidad.
Mujer enferma es un hombre negro asesinado bajo custodia policial, del que oficialmente se dice que se rompió la espina dorsal. Su nombre es Freddie Gray.
Mujer enferma es una veterana que sufre trastorno de estrés postraumático y que está durante meses en la lista de espera para ser atendida por un médico del ejército. Mujer enferma es una madre soltera, inmigrante ilegal, que alterna tres trabajos para dar de comer a su familia y que siente que cada vez es más difícil respirar.
Etcétera, etcétera.
En la Teoría de la Mujer Enferma, el binarismo que ha de ser abolido es el de “enfermo” y “bien”. La enfermedad, tal como se contempla en el discurso actual, está definida por la máxima capitalista de ser incapaz de trabajar. Un cuerpo enfermo es un cuerpo que no puede trabajar. Si no puedes funcionar en la sociedad en términos de empleo, dinero, valor y producción, entonces estás enfermo. Tu cuerpo no funciona bien.
jueves, 7 de junio de 2018
El cuerpo paciente de Leonor Silvestri
El cuerpo paciente está siempre a disposición. Entran, salen, colocan. Imposible organizar una suerte
de rutina con horarios, aunque de algún modo en la detención, la hay. De acuerdo a lo que otros
dictaminan o les conviene, el cuerpo es examinado, palpado, pinchado, visitado. El cuerpo paciente
está a disposición del control, tendido en una cama. Duermo al lado de una luz de una bomba con
una luz iridiscente que hace una pequeña y sutil música que jamás se detiene, o apaga. Como una
sirena, vela mi sueño. El cuerpo paciente está echado a la espera, aguarda que le toque y le manipule
esta medicina humanizada. El cuerpo paciente sin rutina, sin intimidad, cuerpo en expuesto y
dispuesto al control, al cual se le llama cuidado. El descanso y la soledad se hace inhallable al cuerpo
paciente. El cuerpo paciente pierde así su sensualidad.
En el cuerpo paciente se replican estas lógicas incluso por los no médicos ni así llamados
profesionales de la salud. La gente comienza a dejar aguardando al cuerpo paciente por 40 minutos o
más, total, el cuerpo paciente carece de poder de decisión y no tiene adonde ir. Su fatum es esperar
en calma. El cuerpo paciente debe atender el teléfono, responder el mensaje, aceptar el llamado en
casi cualquier horario que el cuerpo no paciente se haga el tiempo y el lugar para incordiarlo. El
cuerpo paciente no debe sentir ninguna desasón frente a esto, por el contrario, el cuerpo paciente
debe seguir sin sus horarios, expurgado de toda potencia vital, porque estar enfermo en una cama es
aceptar a los demás resignadamente. El cuerpo paciente no tiene exterior, no está en una esquina, se
puede operar sobre él. Detenido en su cama, quien visita, soberanamente, comienza a decidir por el
cuerpo paciente, cómos y cuándos, el cuerpo paciente debe y tiene la obligación de alegrarse así. Se
le comienza a inflingir al cuerpo paciente la tiranía de los normales que se trasladan y tienen que
hacer. El cuerpo paciente es el ama de casa de la dictadura de quienes producen normalidad y
sanidad. El cuerpo paciente, total, no hace nada, nada más que estar enfermo, sanándose. Ergo, el
cuerpo paciente tiene que aceptar, de buen grado, lo que se le da, cómo y cuándo. Agradecido y
servil debe someterse a la caridad de los prolíficos que deciden los horarios de la visita y la amistad
sin consenso. El cuerpo paciente, poco a poco, se vuelve no cuerpo.
Fragmento de Games of Crohn, Diario de una internación de Leonor Silvestri.
Más de Leonor Silvestri: aquí.
Más de Mariana Rodrigues: aquí.
viernes, 1 de junio de 2018
Últimos poemas de Osip Mandelshtam
Nicolai Fenchi |
Y la gente deja de hablar conmigo;
Si confiscan el mundo entero-
El derecho de respirar y abrir puertas
Y afirman que la existencia existirá
Y que la gente, como un juez, juzgará;
Si se atreven a conservarme como a un animal
Y arrojan mi comida sobre el piso-
No caeré en el silencio ni mitigaré la agonía,
Sino que escribiré lo que soy libre de escribir,
Y unciendo diez bueyes a mi voz
Moveré mi mano en la oscuridad como un arado
Y caeré con todo el peso de la cosecha...
Ah cuánto me gustaría-
Sin ser visto por nadie-
Remontarme detrás de la luz,
Para desaparecer por completo.
Pero tú, circúndate de luz-
no hay otro rapto, ningún otro trance.
Y aprende de las estrellas
De qué se trata lo de la luz.
Tú, a quien deseo deleitar-
Esto es un susurro:
En un arrullo,
Pequeña, te entrego a la luz.
Deberá ser una flecha de luz,
Cuando los murmullos-
El balbuceo de los enamorados-
La encienda, ardiendo iluminada.
Tomados del blog Idiomas Olvidados.
miércoles, 30 de mayo de 2018
Ser de Dorothea Lasky
Chrissy Lau |
Ser el nombre pronunciado, pero sin la carga de ser Ser el nombre dicho pero no escuchado No respirar más, ser aquello Ser aquello que se respira No estar a punto de morir, estar ya muerta No decepcionar Sin la carga de llegar tarde o ser puntual No comer, no tener que comer No sentir nada No ser aquella cuyo afecto es criticado No recoger las cajas caídas Estar en todos lados sin cajas o platos No romper los platos No soportar la carga de no estar presente No tener que sentir dolor o ser herida Dejar ir el dolor Y que sea solo mi imaginación Y la imaginación está en todas partes, en todos los colores No tener color, ser el color No hacer sonidos, ser el sonido No tener lenguaje, ser eco, proyectar el lenguaje Ser la transmisión de palabras No estar triste No tener por quiénes estar triste No comer sola No coger con quienes no creen que mi cuerpo es hermoso No coger O algo Ser cenizas sin lugar No estar sin lugar, pero tampoco estar en alguna parte Entrar en el océano no por capricho, por un impulso Donde no haya centro Donde no haya seguridad Allí nunca hay Allí nunca hay ira Nunca hay algo qué mirar Nunca mire nada Solo fui y caminé Traté de amar Pero el amor no tiene esperanza Y yo la he perdido toda, tan sombría que voy más allá Estoy más allá de lo que podría considerarse bajo Hay bajo o alto, espacio o tiempo, Yo he ido más allá de aquello que es pronunciado No tengo la obligación de hablar ni de hablar por mí Croar eternamente al pantano No digo una cosa Existo No, no lo hago Nunca lo hice Puede que tú lo hayas hecho Pero yo ya me había ido Y aún sigo allí Aquello que pronuncias Ya lo he pronunciado En un mundo de cenizas y luces Ellos llaman por mi nombre Ellos me esperan Y ahora sé que Yo siempre estuve allí con ellos.
Más de Dorothea Lasky: aquí. Más de Chrissy Lau: aquí. Traducción del inglés: Arely Jiménez.
sábado, 26 de mayo de 2018
EL REGRESO de Robin Myers
Carmen Hui |
Ésta es la calle donde tu madre te dio a luz.
Ésta es la llave que perdiste en la nieve, y éste es el abrigo que usaste para buscarla.
Ésta es la manera en la que se ve el cielo desde un avión la mañana en que huiste de casa.
Éste es el lugar que pensabas nunca abandonar.
Éste es el sándwich que comiste en la escalinata de la iglesia, las migas que lanzaste a las palomas.
Ésta es la funda de almohada que tu cabello delinea.
Éste es el verano.
Éste es el continente que cruzaste, la carta que metiste a la lavadora por accidente, el cuchillo de cocina
que salpicaste de sangre cuando a solas cortabas una cebolla.
Éste es el asombro al reconocer a un amigo por su tos desde la otra habitación.
Esto, a pesar de que estés dormido, es un ratón bajo el piso de madera y la luz que se esparce por las
rendijas, y estas son las sombras sobre la columna de una espalda que se gira.
Esto es casi lo que quieres decir.
Esto es alguien que toca a Brahms bajo las escaleras, el vaso de agua que tiembla sobre el piano, se
derrama.
Esto es ira, clases de manejo, un año en tu vida; ésta es la parada de autobús, las sábanas, la onda de
calor; estos son los fuegos artificiales que viste desde lejos y que mudos se abrieron como flores en una
colina oscura.
Esto es la manera en que observas a la gente en el tren y la extrañas.
Esto es la fe que pones en el nudo de la cuerda
que estás escalando, y estos son tus dedos, calientes y despellejados.
Esto no es una excusa.
Esto es el océano dentro de una concha.
Esto es el océano.
Esto es, al parecer, a lo que hemos llegado.
Esto eres tú, si regresas.
Esto eres tú si no regresas.
lunes, 21 de mayo de 2018
Diario de una mujer de ojos grises de Atenea Cruz
Elena Pancorbo. |
Los siguientes poemas pertenecen a la antología personal Diario de una mujer de ojos grises (2009, ICED), que se compone de cuatro poemarios distintos: "Canción contenida" (2008), "Diario de una mujer de ojos grises" (2007), "Metodología del olvido" (2004) y "Del amor y otras enfermedades venéreas" (2002). Los comparto al azar, conforme fui hojeando el libro, el cual está exquisitamente ilustrado, definitivamente es uno de esos libros que son hermosos no sólo por los poemas, sino por el manejo y acompañamiento que se les dio.
IV
Deberíamos recordar
esa canción
que nos reveló que teníamos alma.
Deberíamos llevar en la cartera
una foto
un papel
una carta
que nos identifique humanos.
Deberíamos llevar
en la punta de la lengua
la pregunta que pueda destruir
lo que sentimos cierto.
Habría que beber un poco,
chillar por los errores
que no podemos perdonarnos,
regresar al amor,
mirar con los ojos torcidos,
llorar como un niño,
apedrear a los que no sean como nosotros,
caminar hablando de lo que no tenemos,
de lo que por suerte no somos,
de los lugares donde no nos dejan entrar.
Deberíamos recordar
las estupideces que nos han enseñado
y caminar derechos
y decir buenas tardes.
Recordar,
porque la vida es corta.
Elena Pancorbo |
DULCE
La gente me dice
¿por qué no puedes ser más tierna?
¿Por qué no intentas ser más dulce?
¿Por qué no aprendes otras palabras
además de las negras?
No es que no sepa hablar de ese modo,
es que no quiero hacerlo.
Dejen de molestarme.
Si fueran tan buenos como dicen
se parecerían un poco menos a mí.
Viviríamos en silencio
sin mirarnos a los ojos
pero al fin en paz.
RESIGNACIÓN
Al final
sobra tiempo para contemplar las estelas de las mariposas.
Tender al solo los recuerdos que nos mantienen erguidos
para sacudir las cenizas.
Al final hay espejos que lastiman
y oscuros escondites donde la memoria juega al póker.
La vida es un ejercicio de resignación y olvido.
Una cuestión de fe.
Lo doloroso es ver pasar los años
el amor
las tragedias
el cuerpo
y al final descubrir
que todo era tan simple.
Lo importante fue siempre
estar tranquilo.
Intentar ser feliz
en caso de que Buda nos mintiera
por si acaso no existe el Paraíso
por si es cierto que aún no estamos muertos.
Acaso sea probable
que la vida no trata más que de eso:
aprender a estar vivos.
UNO PARA HENRY CHINASKY
Él dijo:
"Anoche
soñé que te metía la verga
pero
no pienses
que estoy dándote entrada
o que significa algo para mí".
Sonreí.
Nunca fui más.
Su nombre todavía me dolía hasta la carne.
Cada vez que cogimos
me hizo creer en la posibilidad del cielo.
De un Dios.
Aún es mi única razón para existir.
Pero sólo dije:
"Pene se oye menos vulgar"
y salí.
Elena Pancorbo |
SRITA. BLUE
Señores,
como última voluntad
quiero mostrarles mi radiografía:
soy morena clara
como una noche remojada de agosto.
Me gusta el agua,
pero cuando viene del cielo
me entristece.
Le temo a los vampiros
a pesar de que duermo
con la ventana abierta.
Alguna vez,
probablemente de niña,
creí que un vaso de esperanza
no se le niega a nadie;
ahora sé
que estar marchito
no necesariamente
implica que estés muerto.
A estas alturas
no sé diferenciar
catorce atardeceres
de dos cuerpos.
Y mi capacidad de formar parte de un todo
decrece
en proporción directa al aumento
del azul en mis córneas.
La mayor parte del tiempo
preferiría dormir,
estar leyendo,
o hacer el amor con alguien
digno de quitarle a mi angustia
este olor a soledad.
Pero
para cualquiera de las tres
se requiere de tiempo y energía:
olvidé mencionar
que estoy obscenamente enferma
de fastidio
frigidez en el habla,
y demás afecciones nerviosas
que conlleva
dejar de tener diez años.
Señores,
hay algo cuando río
que no me deja ser
completamente honesta.
Todo lo dejo a medias.
Desde hace años cuando me acuestio
sueño sombras corriendo tras de mí.
Los perros me dan lástima
por fieles,
por estúpidos;
a veces no me gustan los gatos
pero en mi casa han habido hasta doce.
Me siento fracasada
y el entusiasmo me dura lo mismo
que la erección de un hombre a los sesenta.
Aun así,
hay gente que me envidia
y lucha por destrozarme.
No soy ninguna víctima
pero lo más ridículo
es
que han logrado
acabar con la ración de fe
que el buen Dios me vendió
a cambio de mi silencio.
Ya que hablamos de Él
déjenme confesar
que soy una traidora.
No creo en el infinito.
Por diecisiete años
he visto los milagros
como una transacción.
Me di un receso
y ahora busco la fe
plenamente consciente de mi incapacidad
para confiar.
Sólo por miedo a condenarme.
Señores:
es todo lo que puedo declarar en mi defensa.
Como última voluntad
quiero venderles mi radiografía.
Vamos a imaginar
que es el retrato
de la perfecta niña feliz
políticamente correcta,
y cuélguenla en la estancia
de una casa
cualquiera.
Canek (fragmento)
No basta la doctrina de Jacinto Canek
para entender por qué cuando miro las estrellas
siento que me hundo;
como tampoco le basta el cielo a la poesía,
ni la tristeza a la insistencia
ni el asombro a lo que muere.
No entiendo.
¿Por qué sigue siendo insuficiente
el acto de voltear hacia arriba?
¿Por qué amo al maya sobre el sendero, a oscuras,
descalzo, puesto en el libro?
¿Para esto sirven los libros, Canek?
martes, 6 de marzo de 2018
Poemas de Rupi Kaur
By Ricardilus |
Sobre la naturaleza del cuerpo de una mujer
Al parecer es de mal gusto el mencionar mi período en público pues la biología de mi cuerpo es demasiado real. Está bien el vender lo que está entre las piernas de una mujer mucho más de lo que está bien el mencionar su funcionamiento interno. El uso recreativo de este cuerpo es visto como hermoso, mientras que su naturaleza es vista como algo feo.
Sobre la libertad de expresión
Así que dime que me calme porque mis opiniones me hacen menos hermosa, pero no fui hecha con un fuego en mi vientre para poder ser sofocado. No fui hecha con una claridad en mi lengua para que fuera fácil para mi el tragar. Fui hecha fuerte, mitad espada mitad seda, difícil de olvidar y no fácil de seguir por la mente.
Sobre el vello corporal
La próxima vez que él señale que el vello de tus piernas esta creciendo nuevamente, recuérdale a ese chico que tu cuerpo no es su hogar, que él es un invitado, adviértele que no limite su bienvenida.
Sobre ser fuerte
Las palabras más amables que mi padre me dijo: mujeres como tú extinguen océanos.
sábado, 17 de febrero de 2018
Fragmentos del Libro del anhelo
Porque alguien hará uso
De lo que no pude ser
Mi corazón será suyo
Impersonalmente
EL DILUVIO
El diluvio se está formando
Pronto cruzará
Los valles
Caerá sobre los tejados
Y se escapará el alma
Escribo esto
Pero no tengo pruebas
Te están educando para el dolor.
Mejor que la poesía
es mi poesía
que se refiere
a todo
lo que es hermoso y
digno, pero que
no es nada de eso.
ROSHI
La verdad es que nunca
entendí
lo que decía
pero de vez en cuando
me veo
ladrando con el perro
o doblándome con los arco iris
o ayudando
de otras pequeñas maneras
MEDICINA
Mi medicina
Tiene muchos sabores
diferentes.
Absorto, o perplejo por
Sus contrastes,
El paciente se olvida de sufrir.
Todos tienen una religión
y un novio
y un gran genio para la soledad.
¿Por qué iba yo a querer
temblar en el altar de la iluminación?
¿Por qué iba yo a querer sonreír para siempre?
ENTONCES TAMBIÉN ACABÓ LA FIESTA
Cuando tenía quince años
seguí a una hermosa chica
hasta el Partido Comunista de Canadá.
Había reuniones secretas
y te gritaban
si llegabas un minuto tarde.
Estudiábamos la Ley McCarran
aprobada por los secuaces de Washington
y la ley Padrlock
aprobada por sus lacayos en el Québec colonizado;
y echaban pestes de mi familia
y de cómo hacíamos el dinero.
Querían derrocar el país que yo amaba
(y al que servía, como Sea Scout).
E incluso a las buenas personas
que querían cambiar las cosas,
también a ellas las odiaban
y las llamaban fascistas sociales.
Tenían planes para criminales como mis tíos y mis tías
para mi pobre madre que había escapado
de Lituania con dos manzanas heladas
y un pañuelo lleno de dinero del Monopoly.
Nunca dejaron que me acercara a la chica
y la chica nunca dejó que me acercara a la chica.
Se hizo más y más guapa
hasta que se casó con un abogado
y también ella se convirtió en una fascista social
y muy probablemente en una criminal.
Pero yo admiraba a los comunistas
por su terca devoción
a algo totalmente erróneo.
Pasaron muchos años antes
de que encontrara
algo comparable para mí
Me uní a una pequeña banda
de fanáticos de mandíbula de acero
que se creían la Infantería de Marina del mundo espiritual
Sólo es cuestión de tiempo:
Desembarcaremos con esta lancha
Desembarcaremos con esta lancha
en la Otra Orilla.
Tomaremos la playa de la Otra Orilla.
ESTO NO ES CHINA
Abrázame fuerte
y dime cómo está el mundo
no quiero mirar afuera
quiero depender de tus ojos
y tus labios
no quiero sentir otra cosa
que tu mano
en mi viejo y pelado trabuco
no quiero sentir nada más
Si te gustan las rocas inertes
y los grandes pinos toscos
Pues, a mi también me gustan
Dime si el viento
hace un bonito sonido
cerraré los ojos y sonreiré
Dime si hace una buena mañana
o una clara mañana
Dime qué coño
de mañana hace y me lo creeré
Pero haz que el perro
deje de gañir y ladrar
Esto no es China
nadie se lo va a comer
Vale, pues, márchate si
tienes que hacerlo
yo solo
crearé el cosmos
dejaré que todo se me pegue
todas las tristes piñas
todas las fastidiosas agujas del pino
y emitiré mi cariño
desde esta cúpula afeitada
360 grados
hasta todas las dramáticas vistas
hasta todas las nieblas
y nieves
que cruzan
las brillantes montañas
hasta las mujeres bañándose en el río
y cepillándose el pelo
en los tejados
hasta los que no tienen voz
y me hicieron una petición
desde su sorprendente
silencio
hasta los pobres de corazón
aunque sean ricos
hasta todas las formas de
pensamiento
y objetos mentales que tienes
goteando aquí arriba
al final de tu vida fantasmal
Compañero de los Estados de Ánimo Peligrosos
Bajando hasta los 27 Infiernos
de mi propia religión mi propia
y dulce
oscura religión de religión
borracha
mi rodilla doblada de Poesía
mi hábito
mi cuenco mi azote de la
Poesía
mi circuncisión final después
de la circuncisión de la carne
y la circuncisión del corazón
y la circuncisión del anhelo
por Volver a ser Redimido
a ser Lavado a ser Perdonado
Otra Vez
la Circuncisión Final la Gran
Circuncisión Final -
Destrozado por un tiempo
y acobardado
en la ráfaga de rayos
de la Espantosa Iluminación
pero ahora por fin rendido a la
Gran
Resignación de la Poesía
y no a la clase de Sabia Experiencia
o a los falsos besos de la Competitiva
Perspicacia, sino a mi dulce religión
oscura de la Poesía mi premio de consolación
mis sandalias y mi vergonzosa oración
mi invisible vela mexicana
mis inútiles aceites para limpiar la casa
y borrar el hechizo de mi rival
sobre el recuerdo de mi chica-
Oh Poesía mi Circuncisión Final:
Todo el dolor estaba en temer
e ignorar la voz de la chica
y el contacto de la chica y la fragante
virginidad humillante de la chica
que perdió hace tres guerras
Y oh amor mío te amo otra vez
soy tu perro tu gato
tu serpiente de Cleopatra
sangro sin dolor
por la Circuncisión Final Sin Forma
mientras te subo un poco el vestido
y beso tu milagrosa
rodilla lactante
Y ojalá todos vosotros que miráis
¡no lo quiera Dios!
y estéis en un doloroso aprieto
mientras yo bajo hasta el amor-
ojalá seáis rápidamente abrazados por
la virginidad de vuestra propia
y oscura religión pueril
Libro del Anhelo de Leonard Cohen
La víbora de Silvia Madero
Fotografía: Yoliztli Ramos. |
Mamá está enamorada
cuando baja los parpados como dos ventanitas
que ven caer las estrellas
Sus labios mecen la noche
mientras un vaso yace a la deriva
Blanca la piel, blancos sus pliegues
Un reptil merodea su sombra/Ella está distinta
Bifurca su cuello
y una parte de él se enreda como una serpiente
que pasa a tientas por el suelo
a través de los pies de las personas
Mamá está enamorada
Lo dice el aroma que desprenden las flores que ha puesto en su sostén
y su lengua sempiterna que lame las heridas de él
que la imagina en algún espacio de la tierra, él
Mamá es una mujer que guarda los años debajo de los ojos
A veces los muestra en una mirada o en un llanto
y en sus dientes que son puente a una sonrisa
y en sus manos que son la noche que guarda los escombros del hombre
y su corazón cuando cae no revienta
porque algo en el mundo lo sostiene.
miércoles, 3 de enero de 2018
VIII de E. E. Cummings
Cuando
yacemos juntos
mis pequeños senos se convierten en dos puntiagudas torres firmes y maravillosas, y
restriego ardorosamente el cariño de mi vientre contra ti
tus brazos son
jóvenes;
tus brazos me convencerán,hablando en completo silencio
sobre mi cuerpo
su esencial y leve lenguaje.
no te rías de mis muslos.
hay entre mis grandes piernas una animada ciudad
cuando me tocas
surge la Primavera en la ciudad; las calles se retuercen grácilmente,
es por tu causa; no las atemorices,
todas las casas se aprietan vigorosamente
cuando llegas:
y se alegran
cuando llenas de niños las calles de mi ciudad.
amor mío, eres una resplandeciente montaña que siente.
eres una empinada montaña una palpitante isla cuyas
vigorosas laderas descansan en ese yo que se estremece, que está
debajo de ti, en torno tuyo, eternamente: soy el mar que todo lo abarca.
Oh montaña, no puedes huir de mí
tus raíces están ancladas en mi silencio; así pues, Oh montaña,
asesina hábilmente mis pechos, ahora y siempre
te abrazaré solemnemente deslizándote dentro de mí.
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